No es una exageración, como una cátedra de verdadera resiliencia y amor por los colores de la región, Valeria Araújo se consagró como la reina absoluta del heptatlón de los Juegos Nacionales Eje Cafetero 2023, sin entrenar un solo día en los últimos tres meses.

El pasado 20 de agosto en el Mundial de Atletismo en Budapest, una contusión de su pie derecho amenazó su participación en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero, pues tan seria fue la lesión que la alejó de los entrenamientos e incluso no la dejó participar en los Juegos Panamericanos de Chile por precaución.

Soy sincera, técnicamente que yo diga que pude entrenar las pruebas del heptatlón como Valeria Araujo lo hace para otras competencias, tengo que decir que no. Esto fue más gracias al trabajo que se hizo de manera preventiva, buscando mantener la condición. Las vallas, llevaba tres meses que no las tocaba, sin embargo, fueron buenas marcas y así di cuenta la bendición que Dios ha derramado en mi vida“, asegura ahora Valeria.

Y bien dice el dicho que “No hay mal que por bien no venga”, pues Valeria, hija adoptiva del Valle del Cauca, se quedó con el primer lugar de la disciplina en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero, un sueño que quería cumplir y que se hizo realidad en el momento más complicado de su carrera. Como si fuera poco, completó el podio con sus compañeras Luz Dayana Mendoza, quien fue plata y María Paula Reinoso, quien logró el bronce.

Valeria Araújo logró en el Eje Cafetero su primera medalla de oro en unos Juegos Nacionales que se suma a las que ha conseguido en campeonatos nacionales de atletismo en 2017, 2021 y 2022. Pero como si fuera poco, hoy puede decir y a mucho orgullo, que es campeonato bolivariana, suramericana, iberoamericana, bronce panamericano, subcampeona Centroamericana y del Caribe.

No hay nada en la vida de la tumaqueña que no vaya acompañado de Dios y con la experiencia que acaba de vivir, sabe que la escucha y está con ella. Además, resalta la bendición que ha sido en su vida el apoyo que recibe de la Gobernación del Valle del Cauca e Indervalle.

“Creo que esta fue la última gota para llenar la copa, me quise ir al piso emocionalmente, porque por mucho trabajo que tengas eres un ser humano. Tuve dos semanas duras en Bogotá porque estaba sola y pensaba mucho en eso. Pero Dios me dio la fortaleza, siempre me arrodillo, le pido dirección y por eso esta medalla es de Dios y el Valle Invencible, que también me ha entregado un gran apoyo durante todo este tiempo”, reitera Valeria, quien desde ya piensa en lo que quiere que sea su gran logro deportivo: llegar a la Selección Colombia y ser la primera mujer heptatlonista del país en montarse a un podio olímpico.