El flamante técnico y jugador de baloncesto en silla de ruedas Diego Capacho sufrió de poliomielitis cuando apenas tenía 3 años de edad. Y desde entonces su vida cambio para siempre, pero el deporte le ayudó a superar y sobreponerse a las adversidades.

En un comienzo, se avergonzaba de que lo vieran montado sobre estos aparatos de dos ruedas y solamente salía cuando la oscuridad de la noche se convertía en su cómplice que lo escondía, incluso cuando aún era un niño.

Pero vio en el deporte una oportunidad para salir adelante y forjar un proyecto de vida. Decidió estudiar y, de paso, convocó a algunos amigos a jugar fútbol recreativo, pero su meta era convertirse en un deportista de alto rendimiento, objetivo que logró con el baloncesto, en Piedecuesta (Santander), donde nació, vivió y se formó como basquetbolista en silla de ruedas.

Y en su evolución como para deportista hizo parte de la Selección Santander, jugó en la Liga Profesional de Europa e hizo méritos para llegar a la Selección Colombia, en la que jugó durante 15 años y con la que participó en varios torneos internacionales, entre ellos los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.

Posterior a su periplo por Europa, regresó al país y se radicó en Casanare, donde inició un proceso de formación con nuevos talentos en el baloncesto en silla de ruedas, que ya recoge frutos, pues con este departamento espera lograr una medalla en los Juegos Paranacionales Eje Cafetero 2023.

Ha estado en las cinco ediciones anteriores de los Juegos Paranacionales, desde Bogotá y Cundinamarca 2004, hasta Bolívar 2019, tanto como jugador y como entrenador, roles que tiene en esta ocasión, por partida doble, con la delegación que tiene en su corazón: Casanare.