El jueves 5 de agosto del 2021 quedará marcado en la memoria del atletismo colombiano por las piernas, el esfuerzo, la dedicación y la furia deportiva para afrontar una final olímpica entregada por el guajiro Anthony Zambrano, quien le dio a nuestro país la primera medalla de plata en las pistas de atletismo de unos Juegos Olímpicos en la rama masculina, 29 años después del logro conseguido por Ximena Restrepo en Barcelona 1992, bronce en la prueba de 400 metros planos.
Seguro y firme en su mirada, ingresó a la pista olímpica de atletismo en Tokio el ‘Fenómeno del Remate’, un beso a la bandera tricolor de Colombia y los brazos arriba en señal de las mejores energías para lograr subirse al podio olímpico, reservado solo para los mejores atletas del mundo.
Luego instalarse en el carril cinco, tocaba su nombre y señalaba la pista, indicando que Zambrano y todo un país estaban presentes en una final olímpica. “Vengo a romper todos los mitos de mi país, primera vez en la historia que un corredor es subcampeón mundial, ahora subcampeón olímpico, primer atleta que corre 43 segundos. Después de Ximena Restrepo en Barcelona 1992 que ganó la medalla de bronce llegó Anthony Zambrano que está batiendo todos los mitos y todos los récords y lo que se viene de aquí en adelante”, fueron las primeras palabras del barranquillero por adopción, criado en el barrio La Soledad, quien desde muy corta edad aprendió a ganarse la vida como mototaxista, bicitaxista, ayudante de construcción, cobradiario o recolector de chatarra, y hoy se ratifica entre los mejores velocistas del orbe.
A sus 23 años, marcado con el dorsal 2235, Zambrano llegaba a la final de los 400 metros luego de batir su propio récord nacional y suramericano con un tiempo de 43 segundos con 93 centésimas, con dos grandes rivales como referencia, el granadino Kirani James, campeón olímpico de Londres 2012 y presea de plata en Rio de Janeiro 2016, por el carril cuatro y el bahameño Steven Gardiner, actual campeón mundial en Doha 2019, por el carril siete.
La prueba inició a las 7:00 de la mañana hora colombiana y 44 segundos con 8 segundos después, el grito olímpico retumbo en toda la nación con el más profundo y sonoro frenesí al obtener la cuarta medalla para el país en los Juegos Olímpicos de Tokio, la número 33 en la historia del deporte nacional y la segunda de todos los tiempos en una pista atlética olímpica.
Cuando el pistoletazo inicial se escuchó en la pista de Tokio, los ocho mejores cuatrocentistas del mundo salieron a darlo todo. Zambrano se ubicaba sexto en la curva de los primeros 200 metros, pero su acostumbrado cambio de ritmo apareció faltando 150 metros para quedar cuarto en el hectómetro final y ratificar que en el mundo es el ‘Fenómeno del Remate’.
En los últimos 80 metros las zapatillas doradas de Anthony volaron zancada tras zancada para superar a Kirani James, de Granada y Michael Cherry, de Estados Unidos, tercero y cuarto, respectivamente.
Con la bandera de Colombia expuesta, de rodillas ante la pista sintética de Tokio, con sus ojos cerrados agradeciendo al todo poderoso y el mensaje de cumpleaños para su mamá en el respaldo del número de competencia, Zambrano cerró su participación en la prueba de 400 metros planos en los Juegos Olímpicos de Tokio: “Todas las medallas que he ganado son importantes para mí, para mi país, para mi madre. El otro jueves es su cumpleaños, esta medalla se la dedico a ella, todo lo hago por mi madre. Quiero salir adelante, quiero ser una buena persona, tener una estabilidad de vida y seguir dándola toda, entregando logros, éxitos y demostrando a las nuevas generaciones del deporte colombiano que sí se puede. Quiero ser un ejemplo para todo el país”.
Pero el periplo de Anthony Zambrano por tierras asiáticas no para aquí, ahora viene las series clasificatorias de la prueba de 4×400 donde nuestro medallista olímpico descansará y esperará que sus cuatro amigos lleguen a la final, para seguir haciendo historia.
*Con información del COC