Con la tecnología ahora siendo una parte integral de la vida diaria de los niños, las aplicaciones de juegos móviles para este público han crecido en popularidad, ofreciendo entretenimiento y oportunidades educativas. Según una investigación de Newzoo, la industria de los videojuegos generó ingresos de 184 mil millones de dólares en 2023, con los juegos móviles representando el 49% de esos ingresos. Sin embargo, este crecimiento también ha atraído a los ciberdelincuentes.

Kaspersky informa que, en el último año, los ciberdelincuentes lanzaron más de 7 millones de ataques aprovechando títulos de juegos populares dirigidos a niños de entre 3 y 16 años.

Según Appdome, muchos juegos móviles no se desarrollan con suficientes medidas de protección, lo que los convierte en objetivos fáciles para los atacantes. Además, estos juegos pueden recopilar, almacenar y utilizar grandes cantidades de información personal altamente sensible (PII), datos de transacciones financieras, información de tarjetas de crédito, datos de ubicación y más, lo que los hace objetivos muy atractivos para los ciberdelincuentes y, directamente, peligrosos para los usuarios móviles, especialmente los niños, quienes pueden no comprender completamente los riesgos.

Los desarrolladores enfrentan importantes desafíos para proporcionar una protección integral de las aplicaciones móviles, ya que, aunque sus procesos de desarrollo están automatizados, la implementación de la seguridad a menudo requiere la codificación manual de SDKs. Esta brecha complica su capacidad para lograr la seguridad robusta necesaria para proteger a los usuarios“, afirma Alan Bavosa, VP de Productos de Deguridad en Appdome.

El Impacto en los Desarrolladores y la Industria

Aun así, los desarrolladores tienen la responsabilidad de implementar mecanismos de seguridad sólidos para proteger a sus usuarios y evitar que sus aplicaciones y plataformas se conviertan en herramientas y objetivos de ciberataques. Más allá de la seguridad del usuario, los desarrolladores también enfrentan posibles daños a su reputación, modelo de ingresos y confianza de los jugadores cuando las aplicaciones son comprometidas. Las amenazas cibernéticas pueden desalentar la participación de los jugadores y socavar la creación de comunidades de juego saludables. Las exigencias regulatorias para los juegos móviles están aumentando, y los entornos de juego inseguros afectan negativamente la economía del juego, el valor de vida del jugador (LTV) y la competencia justa.

Para contrarrestar estos desafíos, los desarrolladores deben adoptar soluciones automatizadas que les permitan implementar rápidamente mecanismos de seguridad sólidos para aplicaciones móviles, prevención de fraudes y protección contra malware que puedan proteger los datos de los usuarios, bloquear amenazas automatizadas como los bots de clics y detectar modificaciones perjudiciales en los juegos. Al elegir un socio de seguridad confiable, los desarrolladores pueden asegurarse de que sus juegos sean seguros para todos los jugadores, lo cual es crucial para mantener la lealtad de los usuarios y garantizar un compromiso más rentable a largo plazo.

“Usar una plataforma sin código como Appdome permite a los editores de juegos móviles construir rápidamente funciones avanzadas de seguridad, como protección contra manipulaciones, protección contra bots y encriptación de datos, así como prevención de fraudes y malware en cuestión de minutos, sin trabajo adicional para el equipo de desarrollo. Esto no solo mejora significativamente la postura de seguridad del negocio móvil y protege a los usuarios móviles, incluidos los niños, sino que también genera confianza en los usuarios y mejora la lealtad de los jugadores, lo que en última instancia impulsa una mayor rentabilidad y una mejor experiencia de juego”.